Para entender la historia, síguela en orden

04 diciembre 2008

1.El Sexo Mandamiento

Lo lógico sería empezar desde el principio, pero no tengo claro cuándo sucedió ese momento. Por ahora, antes de seguir exprimiendo mi memoria hasta lo remoto, iniciaré mis relatos por lo primero que recuerdo como uno de los inicios que marcaron mi vida: El sexo mandamiento:

Tenía la delicadeza de encerrarme en mi dormitorio con llave, desde que llegaba del colegio hasta altas horas de la madrugada.
Como buena madre que era, me dejaba una bandeja sobre la mesa de estudio con un bocadillo frío y un vaso de agua. En esas horas, no podía enfermar, ni ir al baño ni ver los dibujos animados por la tele, un lujo que sólo se me permitía los martes.

Mentiría si dijese que recuerdo la edad que tenía por aquel entonces, pero aun tenía esperanza e ilusiones eso sí lo recuerdo, como los gritos desgarrados que venían de su dormitorio aquella tarde...
Apoyé la oreja en la puerta para asegurarme que eran suyos y mi cuerpo empezó a temblar de una manera incontrolada. Me chirriaban los dientes, las manos me daban espasmos y los gritos no cesaban. Salí al lavadero por la ventana, sabiendo que incumplía con las órdenes de mi madre pero no pude evitarlo. Apenas podía andar por el miedo aunque, no sé de qué modo, conseguí llegar a su dormitorio. No hizo falta abrir la puerta, sí algo más para entender que no se estaba muriendo.
La tenía agarrada del cuello con una correa de perro de color rojo y metálica, ella mantenía su mano derecha en su vagina y el cuello inclinado hacia atrás. No me vio, pero él sí.
Hoy aun me pregunto por qué coño me quedé plantada mirando...No lo sé.
Fue entonces cuando sus gritos se acoplaron hasta que ya sólo podía escucharle a él. Me miraba con una sonrisa cómplice mientras estiraba el cabello negro de mi madre para que siguiera sin descubrirme mientras sus caderas golpeaban con furia, una y otra vez. Y al fin expulsó su último gemido y con él mi presencia allí: Enaaaaaaaaa...