Para entender la historia, síguela en orden

08 diciembre 2008

3.El Sexo Mandamiento

Esa noche, mi madre se sentó en mi cama y me apartó el pelo húmedo por las lágrimas, casi con dulzura.

-Mira, ¿lo ves? –Me dijo dejándome dos billetes de mil en la almohada.-Esta es tu parte, yo tengo muchos más y gracias a ti…

-¿Estás contenta? ¿No estás enfadada?

-No. Ya no, pero nos tienes que prometer que en la escuela lo tratarás como hasta ahora, ¿de acuerdo? Será nuestro secreto, porque si no, te echarán del colegio y todo el mundo se reirá de ti; y te escupirán por la calle, ¿a que no quieres eso? …Quieres verme feliz ¿verdad?

-Sí.

-Claro. Buenas noches-Y me besó en la frente con una sonrisa guardando los billetes en un bolsillo

-¡Mamá! ¿Eso no es pecado verdad?, guardar un secreto. A Marta la castigaron por guardar uno.

-¿Crees que tu profesor de religión dejaría que pecaras? Quién va a saber más que él en todo el colegio, pero hay cosas que no os puede explicar en clase.

-¿Como qué?

-Que guardar secretos a veces es lo más correcto, que el Sexo es un Mandamiento y que él es Dios, por ejemplo.

-Él no es Dios

-A partir de hoy para ti sí, ¿vale?- Me susurró sujetándome la mandíbula- ¿Lo has entendido Ena?

-Sí.

A la mañana siguiente desperté como si todo hubiera sido una pesadilla, hasta que vi los billetes de mil que seguían en mi cojín y, en lo primero que pensé, fue en mi primer abrazo. Ni más ni menos, que del mismo Dios.